viernes, 11 de junio de 2010

Desde el tren

Una silueta gris, con un perrito
alza un poco la mano en la distancia
en un gesto de “adiós”, de “vuelve pronto,
porque aún no te has ido y ya te añoro”

Unos ojos de mar, que me imaginan
dentro de algún vagón. Mirada inquieta,
por la duda de siempre: “estás tan lejos
y ya no puedo atarte con mis manos”

Y esa mirada azul me prende el alma,
como un viejo alfiler de su corbata,
y se me queda atrás, allí prendida
en el nudo dolor de su garganta.
Mi corazón, mi amor, quedó contigo,
acogido en el hueco de tu abrazo.