
Cuadro: Arbol junto a la Bahía. (mío)
No me creias
muy capaz de iniciar alguna dieta,
y de repente ves
cómo desaparecen a tus ojos
antiestéticas lorzas
y tristes michelines
al tiempo que en tu frente
se dibuja una arruga
que delata que algo te preocupa.
No, no es el miedo
a que me desintegre
y a que desaparezca entre la ropa,
y tampoco es el miedo
a que me lleve el viento de levante
hasta el lado contrario del Estrecho,
como si fuera
una bolsa de plástico vacía.
Te da miedo que un día
me descubra más guapa
y me marche a volar
junto a otros brazos,
Pero eso, mi amor, es imposible
pues no hay brazos más amplios,
ni mirada más dulce,
o sonrisa más tierna;
y no hay barba más blanca,
ni poemas más bellos
o caricias más mías
… que las tuyas.